Si nos fijamos en las bellas imágenes de Sonja Danowsky vemos también estos sentimientos contrapuestos, por un lado, las ruinas y la destrucción pero a la vez los rostros de los protagonistas transmiten serenidad, ganas de seguir adelante.
Texto e ilustraciones permiten hablar de la guerra, de la destrucción pero también de la paz, de El principio. Muchas gracias a las dos por este hermoso libro.
Teniendo en cuenta todo esto (y atendiendo a la recomendación de la autora de que nos fijáramos en las guardas del libro) quisimos plasmar las ideas que expresa y cada clase eligió un mensaje positivo (hojas verdes) y otro negativo (hojas marrones) para dejar en nuestro árbol de la paz, con las hojas verdes bien pegaditas a las ramas y las marrones cayendo.
¡Mirad lo bonito que quedó!
Esperamos que todos estos buenos propósitos nos acompañen cada día.
Podéis ver, en el blog de 4 años, en las entradas Hablando de paz y Día de la Paz, cómo desarrollamos esta propuesta.
Un saludo
El árbol ha quedado estupendo.
ResponderEliminarLa idea de las hojas es una metáfora muy emocionante.
El pequeño Uggo de 1ªA, se acuerda muy bien de una de las hojas marrones pues pone: " no nos gusta que los mayores nos empujen a la salida del cole".
Que dura la vida del colegial de 1ªA.
Sí, Natalia y además es una metáfora que entienden perfectamente, desde los pequeños a los mayores.
ResponderEliminarSi nos fijamos en las hojas, suelen quedar reflejadas las cosas que les parecen injustas o lo que más les gusta según la edad que tengan.
A ver si la hoja marrón de Uggo surte efecto y dejan de empujar los mayores.
Un abrazo