La alemana Jutta Richter nació en 1955 en Burgsteinfurt/Wesfalia. Escribe principalmente para niños y jóvenes.
Ella suscribe que escribir para niños es lo mismo que escribir para adultos, pero mejor.
Sus libros han sido galardonados con numerosos premios: Premio alemán al libro infantil, Gran Premio en 2014 otorgado por la Academia Alemana para la LIJ por toda su obra, premio del Flautista de la ciudad de Hamelin, entre otros muchos reconocimientos a su obra.
Además, ha estado nominada en varias ocasiones para el Astrid Lindgren Memorial Award (ALMA), uno de los dos galardones más importantes de la Literatura Infantil y Juvenil, y el de mayor dotación económica.
Editorial Lóguez mima de manera especial a esta autora y tiene varios títulos publicados de ella en su catálogo. Hace tiempo que tenía ganas de publicar esta entrada, me apetecía detenerme de nuevo en cada uno de los libros que tiene esta editorial de Jutta Richter; he elegido los cinco que tiene para los últimos cursos de Primaria. Pensé que viéndolos en conjunto se apreciaría con mayor claridad lo que hace a esta autora tan especial.
He de mencionar también la importante labor de traducción del alemán que han hecho Eduardo Martínez en El verano del lucio y Lorenzo Rodríguez López en los otros cuatro títulos.
Aquí podéis ver todos los títulos de ella en esta editorial (mientras hacía esta entrada la editorial ha publicado un nuevo libro de esta autora, ¡qué buena noticia!; ya lo tengo encargado en la librería).
Y Pep Bruno tiene a esta autora entre sus favoritas. Podéis verlo en su web.
El día en el que aprendí a domar arañas (2001) obtuvo el premio alemán al libro juvenil en el año 2001, entre otros galardones.
La protagonista de esta historia tiene miedos y es Rainer quien le ayuda a superarlos, siempre está ahí cuando lo necesita. Pero Rainer no es bienvenido en su grupo de amigos y ella no quiere que le den de lado.
La exclusión social pesa sobre su amigo y esta amistad verdadera peligra porque debe elegir, y las elecciones no siempre son fáciles; sobre todo en ese momento en el que son tan importantes el juego y la pandilla.
"Nada puede ser más bello
que en la calle, que en la calle.
Mejor lluvia en la calle
que en casa rayos de sol."
Traición, culpa, amistad, aceptación del grupo están presentes en esta delicada historia donde todo es mucho más duro de lo que se cuenta porque la mirada es de una niña que está aprendiendo a crecer, y hacerse mayor no siempre es fácil.
Y, claro, las opiniones de los adultos también son importantes a la hora de tomar decisiones.
"¡En casa de esos hay de nuevo jaleo!", oye decir a sus padres.
"Probablemente uno se hace mayor cuando finalmente ha aprendido a entender ese lenguaje secreto.", piensa ella.
El verano del lucio (2005) tiene varios premios concedidos en Alemania. En esta historia Anna nos cuenta que ese verano Gisela, mamá de sus amigos Daniel y Lukas, estuvo muy enferma y Daniel tiene la certeza de que si es capaz de pescar al lucio su mamá mejorará.
Nuevamente nos emociona su manera de contar, su sensibilidad al tratar temas complicados, situaciones duras que provocan en los niños dilemas como querer seguir siendo niño pero a la vez tener la necesidad de crecer, seguir soñando o despertar para afrontar la realidad.
"El ahora era el momento en el que deseaba ser de nuevo una niña pequeña. Quedarme dormida en el regazo de mi madre. O tener una cama hecha en la cocina de mi abuela."
"Hay momentos en los que uno sabe que nunca más los olvidará. Incluso aunque uno quiera olvidarlos. Y cuando todavía Daniel golpeaba su frente contra el tronco, supe que aquel era uno de esos momentos."
Yo aquí solo soy el perro (2012), ilustrado por Hildegard Müller, fue seleccionado por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez en "Lo + 2012 y Premio "Los mejores libros para niños y jóvenes" en 2013 del banco del Libro.
Lo releí este verano, en esta ocasión en voz alta a mi hijo Miguel y su amiga Andrea (18 y 17 años), pudimos apreciar lo bien que suena, lo hermoso que es el lenguaje que utiliza, preciso pero a la vez lleno de repeticiones que imprimen ritmo a la prosa y ese
"No es que quiera quejarme.
Unas cosas con otras. He tenido suerte."
que esperas al final de cada capítulo, como si fuera una letanía.
También nos fijamos en que está escrito como si de poesía se tratara; todos estos ingredientes hicieron que su lectura regalará nuestros oídos.
Pero no sólo, porque lo que cuenta es emocionante y también nos dio para hablar sobre la historia; esa historia contada por Antón, perro pastor noruego.
"Pero nosotros, los perros, miramos hacia el cielo en las noches de luna llena, vemos al perro [blanco] en la luna y nos ponemos tristes y lloramos la noche entera"
De ello hablo en esta entrada que hice en 2016 cuando lo leí por primera vez.
El bosque de la bruja y los calcetines mágicos (2015), con ilustraciones de Jörg Mühle, cuenta la historia de Karla, que vive en medio del bosque, y de Robert, repartidor de carbón con las manos tan negras que se avergüenza de ellas.
Los dos conocen a la señora Schlott, aunque todavía no saben que es una amiga común.
Es el único de estos cinco libros que no está narrado en primera persona.
La señora Schlott le regala a Robert unos calcetines rojos, y esos calcetines le llevan camino de su historia y de las historias, ¿realmente son mágicos?, ¿es real la historia de la bruja Karla que le cuenta a Robert?
"–Lo que uno sabe y lo que uno quiere creer–dijo la señora Schlott–. No todo es inventado. En toda historia se encuentra una realidad . Se puede contar de una u otra manera pero la realidad siempre está dentro."
A estos tres personajes les encantan las historias; contarlas y que se las cuenten. Y así entre lo real y lo inventado transcurre este hermoso relato.
Héroes (2017), seleccionado como uno de los mejores libros para niños y jóvenes de 2017 por Babelia (El País).
Mia Besler, una niña de 11 años, cuenta esta emocionante historia en la que ella, Félix y Corinna son los héroes del Camino Del Río; esto habían dicho los periódicos, y la gente apuntaba al señor Brüning como el causante del incendio, cuando borracho tiró una colilla encendida a la maleza.
De nuevo está presente la pandilla que a esta edad es tan importante, al igual que el tema de las compañías; Félix ha estado en un hogar para niños y los adultos se plantean si es una buena influencia para sus hijos.
"–Gisbert, la vamos a perder –dice mi madre–. Se pasa toda la tarde en la calle y siempre con ese chico. ¡Un chico del hogar para niños! Te lo digo, Gisbert, perdemos el control sobre ella."
¿Qué pasó realmente en el Camino del Río?, ¿qué pasará si descubren que fueron ellos quienes prendieron la cerilla?, ¿qué pasará con el señor Brüning si no reconocen que fueron ellos?
"Si esto se da a conocer, me meterán de nuevo en el hogar para niños.–dijo Félix. Se había vuelto completamente pálido–.Pobres de vosotras si decís algo."
De nuevo tiene lugar ese momento en el que la niñez da paso a decisiones y situaciones en las que sabes que es necesario hacer lo correcto.
"Era una sensación como estar en un ascensor que desciende demasiado rápido. Noté cómo se me ponía un gigantesco nudo en la garganta."
Y otra vez esos personajes en los que lo bueno y lo malo se desdibuja, y señalar a alguien, poner etiquetas condicionan las relaciones que tienen lugar.
En estos títulos disfrutamos de la manera maravillosa que tiene Jutta Richter de manejar el lenguaje al contarnos estas historias, cómo se entrelazan otras pequeñas historias igualmente entrañables en la trama principal del libro, y de la emoción que transmite lo que nos cuenta en cada una de ellas.
Ojalá os apetezca acercaros a ellas.
Un saludo
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